Rev Cubana Med Gen Integr v.26 n.3 Ciudad de La Habana jul.-sep. 2010
INTRODUCCIÓN
El sarcoma de Ewing se puede presentar en cualquier momento durante la niñez y comienzos de la edad adulta.1,2 El tumor puede originarse en cualquier parte del cuerpo, generalmente en los huesos largos de las extremidades, la pelvis o el tórax, al igual que en el cráneo o en los huesos planos del tronco.3 Existe experiencia personal de igual afección en un adulto joven de 32 años de edad, y fue observado también en un paciente masculino de 30 años de edad en España.4 El sarcoma de Ewing es un tumor óseo maligno de células redondas pequeñas.5 Es el segundo tumor óseo maligno más frecuente en la infancia.
CASO CLÍNICO
Se trata de un paciente masculino, mestizo, de 38 años de edad, que acude a consulta externa en el hospital de Nickerie, Suriname, por presentar aumen to de volumen en la región lateral derecha del abdomen; refiere que ha presentado pérdida de peso, decaimiento marcado y anorexia, síntomas que se iniciaron 3 meses antes, y que se han incrementado paulatina y progresivamente. Tiene también dificultad para deambular y dolor en la pierna derecha.
En relación con sus antecedentes patológicos personales, ha padecido de HTA durante los últimos 3 años. Sus antecedentes patológicos familiares indican que su padre es también hipertenso. Al valorar sus hábitos sociales se conoce que fuma (5 cigarrillos diarios), ingiere bebidas alcohólicas (cervezas y ron los fines de semana), y tiene estrés laboral y hogareño.
Al examen físico, presenta mucosas hipocoloreadas y discretamente secas. No presenta ictericia, tampoco disnea, y el murmullo vesicular es normal. No hay estertores presentes y la frecuencia respiratoria es de 22 x min. Presenta ruidos cardiacos taquicárdicos, con una frecuencia cardíaca de 110 latidos x min. No hay soplo, ni galope, y su tensión arterial es 170/100.
En su abdomen se observa algo globuloso que sigue los movimientos respiratorios y golpes de tos. Hay presencia de masa visible en flanco, región lateral y fosa lumbar derecha. Se comprueba a la palpación que hay una masa tumoral indolora, que mide unos 14 cm, sólida, firme, que no late en las regiones anteriormente mencionadas. No hay esplenohepatomegalia (fig. 1). Se observa una masa tumoral en la región ínfero-lateral derecha del abdomen.
La percusión se realiza suavemente, y se encuentra matidez en la zona descrita. A la auscultación se escuchan ruidos hidroaéreos normales, sin soplos. La masa abdominal no late ni se expande. En el tejido celular subcutáneo se nota la presencia de un edema discreto en las regiones maleolares, sin godet fácil. La temperatura, el color y la sensibilidad de la piel son normales. Su sistema nervioso central no tiene alteraciones.
Exámenes complementarios
a) Análisis de sangre
- Hb: 5,6 mmol/L (valor normal [VN]: 8,0-15,0 mmol/L)
- Hematocrito: 0,27 % (VN: 0, 36-0,45 %)
- Eritrosedimentación: 140 mm
- Grupo sanguíneo y factor: B+
- Leucocitos: 7,7 x 109/L (VN: 4,0-10,0 x 109/L)
- Plaquetas: 659 x 109/L (VN: 150-350 109/L)
- Tiempos de coagulación y sangrado: normales
- Glicemia: 4,9 mmol/L (VN: 4,0-10,0 mmol/L)
- Colesterol: 4,4 mmol/L (VN: 0-5,2 mmol/L)
- Urea: 41,1 mmol/L (VN: 2,5-6,4 mmol/L)
- Creatinina: 930 mmol/L (VN: 62-115 mmol/L)
- Bilirrubina total: 5,2 mmol/L (VN: 0,0-17,1 mmol/L)
- Aspartato transferasa (AST): 113 U/L (VN: 5-34 U/L)
- Alanina transferasa (ALT): 82 U/L (VN: 5-40 U/L)
- Fosfatasa alcalina (ALP): 64 U/L (VN: 35-123 U/L)
- Deshidrogenasa láctica (LDH): 355 U/L (VN: 80-285 U/L)
- Proteínas totales: 68,1 g/L (VN: 60,0-80,0 g/L)
- Ácido úrico: 0,50 mmol/L (VN: 0,21-0,42 mmol/L)
- Calcio: 3,13 mmol/L (VN: 2,05-2,54 mmol/L)
- Sodio (Na): 127 mmol/L (VN: 136-145 mmol/L)
- Potasio (K): 5,9 mmol/L (VN: 3,5-5,1 mmol/L)
- Fósforo: 2,70 mmol/L (VN: 0,87-1,45 mmol/L)
b) Análisis de orina
- Glucosa: negativa
- Bilirrubina: negativa
- Cuerpos cetónicos: negativos
- Densidad: 1015 mOsmo/Kg H2O
- PH: 5,5 unidades de hidrógeno.
- Proteínas: +
- Urobilinógeno: 3,2 mmol/L
- Nitrito: negativa
- Leucocitos: negativos
c) TAC: (figuras 2 y 3): hígado normal, sin metástasis; vesícula normal, y páncreas y bazo también normales. En el hemiabdomen inferior y flanco derecho se observa un gran tumor sólido, con marcada destrucción ilíaca derecha. En los cuerpos vertebrales lumbar-2 (L-2) y torácica-9 (Th-9), es visible una imagen osteolítica. En TAC de la pelvis que muestra afección del hueso ilíaco y una gran masa de partes blandas de 16 x 14 cm (fig. 2), mientras que en la figura 3, se observa destrucción del hueso ilíaco e imagen tumoral.
DISCUSIÓN
El sarcoma de Ewing es un tumor óseo maligno de células redondas pequeñas.5 Es el segundo tumor óseo maligno más frecuente en la infancia, representa del 3 al 6 % de todos los tumores sólidos y del 1,4 al 1,8 % de los procesos malignos en individuos de raza blanca menores de 15 años, donde la incidencia anual es de 3 casos por millón.6 Es más frecuente en varones, y las principales localizaciones son: pelvis (20 %), fémur (17 %) y húmero (10 %).7,8 Clínicamente se manifiesta por una masa dolorosa y eritematosa. Cuando la columna o el sacro están afectados, la irritación o compresión de las raíces nerviosas puede provocar dolor de espalda, radiculopatía o síntomas de compresión de la médula espinal. Las lesiones yuxta-articulares se acompañan de pérdida de movilidad articular. Síntomas generales como la fiebre, la astenia, la pérdida de peso, la anemia o la leucocitosis aparecen entre el 10 y el 20 % de los pacientes.9 Los tumores de localización pélvica hacen metástasis con mayor frecuencia.8 Las metástasis pulmonares representan la primera localización a distancia, y son la principal causa de muerte en estos pacientes, mientras que en el hígado y el cerebro son menos comunes.10,11
La radiología pone de manifiesto un tumor osteolítico, destructivo y de bordes infiltrantes. Las fracturas patológicas están presentes en el diagnóstico entre un 10 y un 15 % de los casos.12 La TAC es la prueba de imagen que mejor delimita la extensión de la destrucción cortical y los tejidos blandos; sin embargo, la definición del tamaño del tumor, la extensión local intraósea y extraósea, y la relación del tumor con los planos faciales, venas, nervios y órganos, es más completa con la resonancia magnética (RM). El diagnóstico definitivo es anatomopatológico.
El pronóstico viene determinado por la extensión de la enfermedad, la localización y el tamaño del tumor. La localización axial tiene peor pronóstico. La respuesta a la terapia, la edad y las translocaciones cromosómicas también influyen en el pronóstico. La fiebre, la anemia y la elevación de LDH se relacionan con un aumento del volumen del tumor, y, por lo tanto, con un peor pronóstico.13 El tratamiento consiste en la resección quirúrgica y quimioterapia, acompañada o no de radioterapia. Con este tipo de terapia ha mejorado la supervivencia hasta un 75 % al cabo de 5 años. Hallazgos recientes, muestran efectos antineoplásicos de los bisfosfonatos, los inhibidores de la ciclooxigenasa 2 y las estatinas, que podrían estar indicados en el tratamiento de tumores primarios de huesos. También se han desarrollado implantes expandibles para el tratamiento de tumores óseos en niños en crecimiento, que podrían ayudar a la reconstrucción del esqueleto en crecimiento.14
Tras realizar una anamnesis exhaustiva, el examen físico y los exámenes complementarios, se hizo una biopsia ósea del hueso ilíaco, con el diagnóstico anatomopatológico de sarcoma de Ewing. En el estudio de extensión con TAC torácico-abdomino-pélvica, se observaron imágenes osteolíticas en los cuerpos vertebrales L-2 y Th-9. Ante el diagnóstico de sarcoma de Ewing de hemipelvis derecha, metastásico, se remite el paciente para tratamiento a un centro oncológico. El tratamiento depende de la etapa del cáncer y del estado de salud general del paciente. El tratamiento, en general, radica en varios aspectos, e incluye: cirugía, radioterapia, quimioterapia y terapia mieloablativa con apoyo de células.