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martes, 14 de octubre de 2025

Casos clinicos

 

Casos Clínicos: Varón de 84 años con síndrome de repercusión general y queratosis seborreica de aparición súbita.

 

El Dr. César Ap, de Ecatepec de Morelos, México, envía esta imagen con el siguiente texto:

Paciente de 84 años. No fumador no bebedor. Antecedente familiar de cáncer sin especificar. Laboró en industria del calzado. Sin enfermedades crónicas conocidas. Es enviado por queratosis seborreica. El paciente prácticamente asintomático, excepto por perdida ponderal de 8 kilos en 3 meses. Sospecho síndrome de Leser Trelat. Por donde sugieren comenzar a buscar la causa?

 


 

Opinión: Estoy de acuerdo con el diagnóstico presuntivo del colega, parece tratarse del SIGNO DE LESER TRÉLAT, que consiste en la aparición explosiva (en un plazo de tres a seis meses), de múltiples queratosis seborreicas pruriginosas, con una base inflamatoria, muy frecuentemente asociado a malignidad interna. Coexiste muchas veces con acantosis nigricans, otra forma de entidad paraneoplásica. Hay que saber que el signo de Leser Trélat, puede aparecer antes, simultáneamente o posterior al diagnóstico de cáncer. El ADENOCARCINOMA GASTROINTESTINAL (P. EJ., ADENOCARCINOMA DE ESTÓMAGO, HÍGADO, COLORRECTAL O PANCREÁTICO), son las neoplasias estadísticamente más prevalentemente asociadas al signo, aunque también se ha descripto asociado a LINFOMAS CUTÁNEOS DE CÉLULAS T, CÁNCER DE MAMA y PULMÓN… Por lo tanto creo que sería atinado, si la historia clínica no revela una localización determinada, llevar a cabo un estudio endoscópico del tubo  digestivo alto (FEDA), y bajo (FIBROCOLONOSCOPÍA), junto a una TAC TÓRACO-ABDÓMINO-PÉLVICA con contraste EV.

La explicación de este cuadro paraneoplásico probablemente sea expresión de la presencia de diversas citosinas y otros factores de crecimiento producidos por la neoplasia. En alrededor del 50 por ciento de los pacientes, la erupción se resuelve después del tratamiento de la malignidad subyacente. Hay que saber que no siempre la aparición de este tipo de queratosis seborreica de base inflamatoria, sea secundaria a cáncer, se puede ver también en embarazo, asociada a neoplasias benignas y otros trastornos, así como en ausencia de una enfermedad asociada.

 

lunes, 5 de mayo de 2025

 

Mujer de 45 años con cáncer de mama metastásico

Una mujer de 45 años fue evaluada en la clínica de oncología de este hospital debido a un cáncer de mama metastásico triple negativo.

La paciente se encontraba bien hasta 6 años antes de la presentación actual, cuando notó una masa en la mama derecha. Fue evaluada en la clínica de oncología de otro hospital, y la mamografía y la ecografía de la mama derecha confirmaron la presencia de una masa. Se realizó una biopsia con aguja gruesa y el examen patológico de la muestra reveló un carcinoma ductal invasivo sin invasión linfovascular. Se realizó tumorectomía de mama derecha, junto con biopsia de ganglio centinela de axila derecha.

El examen patológico de la muestra obtenida mediante lumpectomía confirmó el diagnóstico de carcinoma ductal invasivo. El tumor de la paciente era de grado 3 (medía 2,5 cm de diámetro), negativo para el receptor de estrógeno, débilmente positivo (<5% de las células tumorales) para el receptor de progesterona y negativo para el receptor 2 del factor de crecimiento epidérmico humano (HER2), hallazgos consistentes con un Diagnóstico de cáncer de mama triple negativo. Tres ganglios linfáticos centinela fueron negativos para carcinoma y no hubo invasión linfovascular. Las pruebas genéticas no revelaron variantes patogénicas en BRCA1 y BRCA2.

La paciente recibió quimioterapia adyuvante con adriamicina, ciclofosfamida y paclitaxel, seguida de radioterapia en la mama derecha. Durante los siguientes 3,5 años, las imágenes de vigilancia no mostraron evidencia de recurrencia de la enfermedad.

Dieciocho meses antes de la presentación actual, se desarrolló debilidad y entumecimiento en el brazo izquierdo y se resolvieron espontáneamente después de 15 minutos. Durante las siguientes 4 semanas, el paciente tuvo episodios similares de debilidad y entumecimiento del brazo izquierdo, que ocurrieron 1 o 2 veces por semana. Cuando los episodios no remitieron, buscó evaluación en el servicio de urgencias del otro hospital. Se obtuvieron estudios de imagen.

La resonancia magnética (MRI) de la cabeza ( Figura 1A ), realizada antes y después de la administración de material de contraste intravenoso, reveló una masa parcialmente quística en la circunvolución precentral derecha. La masa medía 3,5 cm de diámetro, con realce periférico y efecto de masa local.

 


FIGURA 1. Estudios de Imagen de Cabeza y Tórax.

Se realizaron resonancia magnética de cabeza y tomografía computarizada de tórax 17 meses antes de la presentación actual. Una imagen axial ponderada en T2 de la cabeza (Panel A) muestra una masa parcialmente quística en la circunvolución precentral derecha, que mide 3,5 cm de diámetro (flecha). Una imagen axial del tórax (Panel B) muestra una masa ganglionar perihiliar derecha que encierra el bronquio del lóbulo superior derecho (flecha). Una imagen correspondiente de tomografía por emisión de positrones (PET)-TC con corrección de atenuación (Panel C) muestra una intensa captación de 18 F-fluorodesoxiglucosa (FDG) en la masa perihiliar derecha (flecha).

 

El paciente fue trasladado a este hospital para tratamiento neuroquirúrgico. Los episodios de debilidad y entumecimiento del brazo se atribuyeron a convulsiones; Se inició tratamiento con dexametasona y levetiracetam. Se realizó craneotomía frontal derecha y se resecó la masa.

El examen patológico del tejido obtenido de la masa resecada ( Figura 2A, 2B y 2C ) reveló un carcinoma poco diferenciado con extensa actividad mitótica y apoptótica. Las células tumorales tenían una positividad irregular para GATA-3, un factor de transcripción expresado por el tejido mamario, lo que respaldaba un diagnóstico de carcinoma metastásico con origen en la mama. Estudios adicionales revelaron que el tumor tenía receptores de estrógeno negativos y receptores de progesterona negativos, con una puntuación de HER2 en el análisis inmunohistoquímico (IHC) de 1+ (tinción de membrana débil e incompleta en >10 % de las células tumorales) y muerte programada. expresión del ligando 1 de menos del 1%, hallazgos que son consistentes con cáncer de mama metastásico triple negativo. La secuenciación de próxima generación reveló variantes en FOXL2 , CCND3 , TP53 y FLT3 . Un ensayo de fusión de ARN no mostró transcripciones de fusión.

 


FIGURA 2. Muestras de biopsia de masa cerebral y pulmonar.

La tinción con hematoxilina y eosina del tejido de la masa cerebral que se resecó del lóbulo frontal derecho (Panel A) muestra un carcinoma poco diferenciado con mitosis extensas (flechas negras) y apoptosis (flechas amarillas). La tinción inmunohistoquímica de la muestra muestra una positividad irregular para GATA-3 (Panel B) y HER2 muestra una tinción de membrana débil e incompleta (Panel C), en general compatible con una puntuación de 1+. La tinción con hematoxilina y eosina de una muestra de pulmón del lóbulo medio derecho que se obtuvo aproximadamente 2,5 años después (Panel D) muestra un carcinoma poco diferenciado, lo que concuerda con los hallazgos en la masa cerebral. HER2 denota el receptor 2 del factor de crecimiento epidérmico humano.

La tomografía por emisión de positrones-tomografía computarizada (PET-CT) ( Figura 1B y 1C ), realizada después de la administración del trazador 18 F-fluorodesoxiglucosa (FDG), mostró una masa ganglionar conglomerada en la región perihiliar derecha con intensa avidez por FDG.

Después de la cirugía, el paciente se recuperó sin incidentes y los episodios de debilidad y entumecimiento se resolvieron. Fue dada de alta a su domicilio con seguimiento planificado en la consulta de oncología. Se administró radioterapia al cerebro y se inició tratamiento con capecitabina. Sin embargo, 11 meses antes de la presentación actual, los episodios recurrieron. Se aumentó la dosis de levetiracetam y se obtuvieron estudios de imagen adicionales.

La resonancia magnética de la cabeza, realizada antes y después de la administración de material de contraste intravenoso, reveló múltiples lesiones nuevas que realzan con características compatibles con metástasis, incluida una lesión en el lóbulo occipital derecho que medía 3 mm de diámetro. También estuvieron presentes cambios posquirúrgicos relacionados con la craneotomía del lado derecho y la resección de la masa en la circunvolución precentral derecha.

Se realizó radiocirugía estereotáctica en la metástasis occipital derecha.

Siete meses antes de la presentación actual, la PET-CT, realizada después de la administración del trazador de FDG, mostró un aumento en el tamaño de la masa perihiliar derecha con intensa avidez de FDG, así como nueva avidez de FDG en una masa paratraqueal inferior derecha. ganglio linfático.

Se suspendió el tratamiento con capecitabina. El paciente se inscribió en un ensayo clínico y se inició el tratamiento con paclitaxel oral (número de ClinicalTrials.gov, NCT03326102 ).

Cinco meses antes de la presentación actual, la resonancia magnética de la cabeza reveló una nueva lesión realzada en la circunvolución frontal superior derecha, que medía 7 mm de diámetro. No se observó lesión occipital derecha.

El paciente se sometió a radiocirugía estereotáxica en la metástasis frontal derecha. Durante los 5 meses siguientes se continuó el tratamiento con paclitaxel oral.

Dos semanas antes de la presentación actual, desarrolló tos no productiva. No hubo dificultad para respirar, ortopnea ni dolor en el pecho. El paciente no había tenido episodios adicionales de debilidad y entumecimiento en el brazo izquierdo, y no se habían producido dolores de cabeza ni cambios en la visión.

Otros antecedentes médicos incluyeron depresión. Los medicamentos incluyeron paclitaxel oral, levetiracetam, paroxetina, proclorperazina según sea necesario para las náuseas, lorazepam según sea necesario para la ansiedad y acetaminofén según sea necesario para el dolor musculoesquelético. La penicilina le había causado sarpullido. La paciente era profesora y vivía con su marido y sus dos hijos en una zona rural de Nueva Inglaterra. Ella fue una no fumadora de toda la vida y no bebía alcohol ni consumía drogas ilícitas. Su abuela materna había muerto de leucemia y su abuelo paterno había muerto de cáncer de próstata.

En la presentación actual, la temperatura temporal era de 36,2 °C, la presión arterial de 116/73 mm Hg, la frecuencia cardíaca de 67 latidos por minuto y la saturación de oxígeno del 98 % mientras el paciente respiraba aire ambiente. Había cicatrices de craneotomía y lumpectomía bien curadas. Los senos no tenían cambios en la piel, masas o sensibilidad. No se palparon linfadenopatías cervicales, supraclaviculares, axilares o inguinales. El resto del examen era normal. El hemograma completo y los resultados de las pruebas de función renal fueron normales, al igual que los niveles sanguíneos de electrolitos, alanina aminotransferasa, aspartato aminotransferasa, fosfatasa alcalina, proteínas totales, albúmina y globulinas. Se obtuvieron estudios de imagen.

La resonancia magnética de la cabeza reveló una nueva lesión que realza periféricamente en la circunvolución precentral izquierda, que mide 6 mm de diámetro, así como una nueva lesión que realza en la circunvolución frontal superior derecha, que mide 1 mm de diámetro. La PET-CT de cuerpo completo, realizada después de la administración del trazador FDG, mostró un agrandamiento de la masa conglomerada de ganglios linfáticos en la región perihiliar derecha, que envolvía el bronquio del lóbulo superior derecho y ocluyeba el bronquio del lóbulo medio derecho. Además, hubo un estrechamiento severo de la vena pulmonar superior derecha.

Se suspendió el tratamiento con paclitaxel oral y el paciente se sometió a radiocirugía estereotáxica en la metástasis que afectaba el lóbulo frontal izquierdo.

Se tomaron decisiones de gestión.

 

Discusión de la gestión

Participé en la atención de este paciente. Esta mujer de 45 años con cáncer de mama triple negativo fue tratada inicialmente con lumpectomía, quimioterapia y radiación para la enfermedad en etapa temprana sin recurrencia durante 3,5 años. Desafortunadamente, a pesar de estas intervenciones, se desarrollaron síntomas neurológicos y recibió un diagnóstico de cáncer de mama triple negativo metastásico en el cerebro y el pulmón. El paciente se sometió a resección de la metástasis cerebral, seguida de radiación al cerebro y quimioterapia con capecitabina. Varios meses después se desarrollaron metástasis cerebrales progresivas y agrandamiento de los ganglios perihiliares. Se realizó radiocirugía estereotáxica a las metástasis cerebrales y se inició tratamiento con otra línea de quimioterapia. Sin embargo, varios meses después, se desarrollaron metástasis cerebrales progresivas y el tamaño de los ganglios perihiliares derechos aumentó aún más, lo que resultó en la compresión de la vena pulmonar superior derecha.

El paciente fue evaluado en la clínica de oncología de este hospital para considerar otra terapia para controlar la actividad de la enfermedad metastásica extracraneal e intracraneal. La base del tratamiento del cáncer de mama triple negativo metastásico es la quimioterapia. Sin embargo, en el momento de la presente presentación, se había aprobado recientemente un nuevo conjugado anticuerpo-fármaco ( Figura 3 ), sacituzumab govitecan, para el tratamiento de pacientes con cáncer de mama triple negativo metastásico progresivo que habían recibido al menos dos líneas previas de quimioterapia.


 

FIGURA 3. Mecanismo de acción de los conjugados anticuerpo-fármaco Sacituzumab Govitecan y Trastuzumab Deruxtecan.

Los conjugados anticuerpo-fármaco sacituzumab govitecan y trastuzumab deruxtecan consisten cada uno en un anticuerpo que se dirige a un antígeno canceroso y está vinculado a una carga citotóxica. 1-4 Estos conjugados anticuerpo-fármaco unen el antígeno diana a la superficie de la célula cancerosa, lo que da como resultado la internalización. 1-4 Al catabolismo de los anticuerpos en el lisosoma le sigue la liberación de la carga citotóxica, que luego puede desencadenar daño en el ADN (a través de la acción de la topoisomerasa I) y provocar la muerte celular. 1-4 El agente citotóxico libre permeable a la membrana puede abandonar la célula e inducir efectos anticancerígenos en las células cancerosas vecinas a través del efecto espectador. 1,2,4 También puede ocurrir un efecto espectador con sacituzumab govitecan debido a la liberación de la carga citotóxica en el microambiente del cáncer, que ocurre antes de la internalización a través de la hidrólisis del conector, seguida de la liberación de la carga citotóxica en las células cancerosas vecinas. 2 Los conjugados anticuerpo-fármaco también pueden desencadenar efectos citotóxicos mediados por células dependientes de anticuerpos. 4

 

SACITUZUMAB GOVITECÁN

El antígeno 2 de la superficie celular del trofoblasto (Trop-2) es una glicoproteína transmembrana que se expresa altamente en todos los subtipos de cáncer de mama, incluido el cáncer de mama triple negativo. 5,6 También es una molécula de adhesión epitelial y marcador de células madre. 7 Sacituzumab govitecan es un conjugado anticuerpo-fármaco que combina un anticuerpo Trop-2, un conector y SN-38 (un inhibidor de la topoisomerasa I derivado del irinotecán) ( Figura 3 ). 8

En 2020, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) concedió la aprobación acelerada a sacituzumab govitecan para el cáncer de mama triple negativo avanzado sobre la base de los hallazgos de un estudio de fase 1-2 en el que participaron pacientes pretratados, que mostró una mediana de supervivencia libre de progresión de 5,5 meses y una supervivencia global de 13,0 meses. 8 En 2021, la FDA otorgó la aprobación total de sacituzumab govitecan sobre la base de los resultados del ensayo ASCENT, en el que pacientes con cáncer de mama metastásico triple negativo que habían recibido al menos dos agentes de quimioterapia previos para la enfermedad avanzada recibieron tratamiento con sacituzumab govitecan. o quimioterapia. 9,10 Entre los pacientes sin metástasis cerebrales, la mediana de supervivencia libre de progresión fue significativamente mayor con sacituzumab govitecan que con quimioterapia (5,6 meses frente a 1,7 meses), y la mediana de supervivencia general también fue significativamente mayor con sacituzumab govitecan (12,1 meses frente a 1,7 meses). 6,7 meses). 10 También se observó una mediana de supervivencia libre de progresión más prolongada con sacituzumab govitecan que con quimioterapia en la población general del ensayo (4,8 meses frente a 1,7 meses), que incluía pacientes con metástasis cerebrales. 10 Sobre la base de estos datos, se determinó que sacituzumab govitecan sería una opción de tratamiento potencialmente eficaz para esta paciente que había recibido dos agentes de quimioterapia previamente para el cáncer de mama metastásico triple negativo.

¿Cómo afectó la presencia de metástasis cerebrales en este paciente a las recomendaciones de tratamiento? Este paciente ya había recibido capecitabina, que tiene cierta penetración en el sistema nervioso central, 11 aunque la quimioterapia a menudo tiene una actividad limitada en las metástasis cerebrales. 12 Sacituzumab govitecan tiene actividad potencial en las metástasis cerebrales porque el SN-38 cruza la barrera hematoencefálica. 13 Un análisis de subgrupos de supervivencia libre de progresión en 61 pacientes que tenían metástasis cerebrales estables en el ensayo ASCENT mostró una mediana de supervivencia libre de progresión ligeramente más larga con sacituzumab govitecan que con quimioterapia (2,8 meses frente a 1,6 meses). 14 En esta cohorte de pacientes con metástasis cerebrales, el porcentaje de pacientes que tuvieron un beneficio clínico (definido como una respuesta completa o parcial o enfermedad estable) fue del 9,4 % con sacituzumab govitecan y del 3,4 % con quimioterapia. 14 Aunque las diferencias entre los tratamientos fueron modestas, se seleccionó el tratamiento con sacituzumab govitecan para este paciente, dada la eficacia potencial de sacituzumab govitecan en pacientes con metástasis cerebrales.

Las pruebas de biomarcadores no son una práctica estándar al seleccionar sacituzumab govitecan como tratamiento para pacientes con cáncer de mama triple negativo avanzado. Un análisis de biomarcadores que se realizó para evaluar la expresión IHC de Trop-2 en un subgrupo de pacientes en el ensayo ASCENT confirmó el beneficio de sacituzumab govitecan en tumores con expresión alta y media de Trop-2. 15 No se pudieron sacar conclusiones definitivas en la cohorte con baja expresión de Trop-2 debido al pequeño número de tumores con baja expresión de Trop-2. 15 Por lo tanto, sacituzumab govitecan es actualmente una opción de tratamiento estándar para el cáncer de mama metastásico triple negativo independientemente del nivel de expresión de Trop-2, y en este caso no se evaluó la expresión de Trop-2.

Este paciente recibió asesoramiento sobre los efectos tóxicos asociados con sacituzumab govitecan, que incluyen neutropenia, anemia, leucopenia, diarrea, náuseas y vómitos, estreñimiento, fatiga, alopecia, anorexia y neuropatía. 10 También recibió asesoramiento sobre el manejo de los efectos tóxicos con medidas de apoyo como factor estimulante de colonias de granulocitos, medicamentos antidiarreicos, agentes antieméticos y ablandadores de heces; Puede ser necesaria una interrupción o modificación de la dosis para controlar los efectos tóxicos. 16 El paciente optó por continuar con tratamiento con sacituzumab govitecan. Se obtuvieron estudios de imágenes antes del tratamiento y luego cada 3 o 4 meses mientras recibía el tratamiento.

Antes de que el paciente comenzara el tratamiento con sacituzumab govitecan, la PET-CT que se realizó después de la administración del trazador FDG reveló una masa conglomerada de ganglios linfáticos en la región perihiliar derecha que envolvía el bronquio del lóbulo superior derecho y mostraba intensa Captación de FDG. Después de 3 meses de tratamiento se administró trazador FDG y se realizó nuevamente PET-CT; Se observó una marcada disminución en el tamaño de la masa ganglionar perihiliar derecha y una disminución de la captación de FDG ( Figura 4A y 4B ). Seis meses después de comenzar con sacituzumab govitecan, el paciente se sometió a radiocirugía estereotáxica en tres nuevas metástasis intracraneales (en los lóbulos occipital derecho, frontal derecho y parietal izquierdo), pero continuó el tratamiento con sacituzumab govitecan en ausencia de progresión de las metástasis extracraneales. Sin embargo, tras 10 meses de tratamiento con sacituzumab govitecan, la PET-TC, realizada tras la administración del trazador de FDG, reveló un aumento del tamaño de la masa ganglionar perihiliar derecha y un aumento de la captación de FDG. La resonancia magnética de la cabeza mostró múltiples metástasis cerebrales nuevas y pequeñas ( Figura 4C ).

 


FIGURA 4. Estudios de imagen tras el tratamiento con conjugados anticuerpo-fármaco.

Una imagen de TC axial del tórax, obtenida después de 3 meses de tratamiento con sacituzumab govitecan (Panel A), muestra una disminución en el tamaño de la masa ganglionar perihiliar derecha que encierra el bronquio del lóbulo superior derecho (flecha). Una imagen PET-CT correspondiente con corrección de atenuación (Panel B) muestra una captación disminuida de FDG en la masa perihiliar derecha (flecha). Una imagen axial de resonancia magnética de la cabeza, obtenida después de 11 meses de tratamiento con sacituzumab govitecan (Panel C), muestra una pequeña lesión que realza en el lóbulo occipital derecho (flecha). Las imágenes axiales de TC de tórax, obtenidas después de 9 semanas de tratamiento con trastuzumab deruxtecan (Paneles D y E), muestran una gran masa ganglionar perihiliar derecha que encierra el bronquio del lóbulo superior derecho (Panel D, flechas) y nuevos grupos nódulos en el lóbulo inferior derecho basal (Panel E, flecha).

Se realizó radiocirugía estereotáxica a cinco nuevas metástasis cerebrales. Dada la progresión de la enfermedad a pesar del tratamiento con sacituzumab govitecan, el siguiente paso fue considerar una nueva terapia sistémica. Las opciones incluían quimioterapia o trastuzumab deruxtecan, un conjugado anticuerpo-fármaco dirigido a HER2. Dado que el examen patológico de una muestra obtenida de la resección previa de una masa cerebral había confirmado cáncer de mama triple negativo metastásico con una puntuación IHC de HER2 de 1+, a continuación consideramos si esta paciente podría beneficiarse del tratamiento con trastuzumab deruxtecan.

TRASTUZUMAB DERUXTECÁN

HER2 es un receptor del factor de crecimiento epidérmico que se sobreexpresa en algunos cánceres de mama. 17 Históricamente, el estado de HER2 se describió con un sistema de dos niveles en el que los pacientes con puntuaciones IHC de HER2 de 0, 1+ o 2+ con hibridación in situ no amplificada (ISH) se consideraban que tenían enfermedad HER2 negativa, y los pacientes con IHC HER2 se consideraban con enfermedad negativa. Se consideró que las puntuaciones de 3+ o 2+ con ISH amplificada tenían enfermedad HER2 positiva. 18,19 Una reclasificación del estado de HER2 dio como resultado un sistema de tres niveles en el que una puntuación IHC de 0 denota enfermedad con HER2 negativo, una puntuación IHC de HER2 de 1+ o 2+ con ISH no amplificada denota enfermedad con HER2 bajo y una puntuación IHC de HER2 una puntuación de 3+ o 2+ con ISH amplificada denota enfermedad HER2 positiva. 20,21 Esta reclasificación permite la identificación de cánceres con niveles bajos de HER2 en aproximadamente el 50 % de los pacientes con cáncer de mama, cuya enfermedad puede responder a las terapias dirigidas a HER2. 20,21

Trastuzumab deruxtecan es un conjugado anticuerpo-fármaco que consiste en un anticuerpo dirigido a HER2 unido al inhibidor de la topoisomerasa I deruxtecan (derivado del exatecan) a través de un conector escindible ( Figura 3 ). 1 La aprobación inicial de trastuzumab deruxtecan para el tratamiento del cáncer de mama HER2 positivo avanzado fue otorgada por la FDA en 2022.22

El ensayo de fase 3 DESTINY-Breast04 comparó trastuzumab deruxtecan con quimioterapia en pacientes con cáncer de mama metastásico con nivel bajo de HER2 que habían recibido una o dos líneas previas de quimioterapia para la enfermedad metastásica. 1,23 En la población general, que incluía pacientes con cáncer de mama metastásico con receptor hormonal positivo y triple negativo, la mediana de supervivencia libre de progresión fue significativamente mayor con trastuzumab deruxtecan que con quimioterapia (9,9 meses frente a 5,1 meses), y la la mediana de supervivencia general también fue significativamente mayor con trastuzumab deruxtecan (23,4 meses frente a 16,8 meses). 23 En un análisis exploratorio que involucró a 58 pacientes con cáncer de mama metastásico triple negativo, la mediana de supervivencia libre de progresión pareció ser más larga con trastuzumab deruxtecan que con quimioterapia (8,5 meses frente a 2,9 meses), y la mediana de supervivencia general también pareció ser más tiempo con trastuzumab deruxtecan (18,2 meses frente a 8,3 meses). 1 Sobre la base de los resultados de este ensayo, la FDA aprobó trastuzumab deruxtecan en agosto de 2022 para el tratamiento del cáncer de mama metastásico con HER2 bajo en pacientes que habían recibido al menos una línea previa de quimioterapia. 24 El potencial para mejorar la supervivencia hizo de trastuzumab deruxtecan una opción de tratamiento potencialmente eficaz para este paciente.

Nuevamente consideramos la presencia de metástasis cerebrales en este paciente al hacer recomendaciones de tratamiento. Según los resultados de un estudio preliminar de xenoinjertos derivados de pacientes con metástasis cerebrales de cáncer de mama HER2 positivo o HER2 bajo y los resultados de ensayos clínicos en cáncer de mama HER2 positivo, trastuzumab deruxtecan puede tener actividad en las metástasis cerebrales. 25 Los análisis de subgrupos de supervivencia libre de progresión en los estudios DESTINY-Breast01 y DESTINY-Breast03 mostraron el beneficio de trastuzumab deruxtecan en pacientes con cáncer de mama HER2 positivo y metástasis cerebrales estables. 26,27 El ensayo TUXEDO-1, 28 que evaluó trastuzumab deruxtecan en 15 pacientes con cáncer de mama HER2 positivo y metástasis cerebrales, mostró una respuesta intracraneal del 73%, y el estudio DEBBRAH 29 mostró actividad potencial de trastuzumab deruxtecan en pacientes con HER2. -cáncer de mama positivo y metástasis cerebrales después de la terapia local. La quimioterapia tiene una actividad limitada en las metástasis cerebrales, 12 por lo que hubo un beneficio potencial del tratamiento con trastuzumab deruxtecan en esta paciente con cáncer de mama con niveles bajos de HER2 y metástasis cerebrales.

TRATAMIENTO SECUENCIAL CON CONJUGADOS ANTICUERPO-FÁRMACO

La resistencia a los conjugados anticuerpo-fármaco puede incluir alteraciones en los objetivos de anticuerpos y de carga útil. 30,31 En el momento de la presente presentación, había datos limitados disponibles para guiar el uso secuencial de conjugados anticuerpo-fármaco en este paciente que ya había recibido tratamiento con un conjugado anticuerpo-fármaco Trop-2, sacituzumab govitecan. En el ensayo TROPION-PanTumor01, una cohorte de pacientes con cáncer de mama triple negativo recibió tratamiento con datopotamab deruxtecan (un conjugado de anticuerpo-fármaco Trop-2) con una carga útil de inhibidor de la topoisomerasa I. 32 La respuesta objetiva con datopotamab deruxtecan fue del 34% en esta cohorte; También se observaron respuestas en una pequeña cohorte de pacientes que recibieron previamente un conjugado anticuerpo-fármaco, incluidos sacituzumab govitecan y conjugados anticuerpo-fármaco a base de deruxtecan. 32

Al extrapolar estos datos, parecía razonable administrar trastuzumab deruxtecan como un segundo conjugado anticuerpo-fármaco en este paciente; aunque sacituzumab govitecan y trastuzumab deruxtecan tienen diferentes objetivos antigénicos, comparten el mismo objetivo de carga útil ( Tabla 1 ). Discutimos con la paciente que los datos son limitados con respecto al uso de conjugados secuenciales anticuerpo-fármaco, pero también le informamos que el tratamiento con trastuzumab deruxtecan como segundo conjugado anticuerpo-fármaco era razonable dado el diferente objetivo del antígeno. Desde entonces, un análisis retrospectivo ha sugerido una resistencia cruzada potencialmente menor con el uso secuencial de conjugados anticuerpo-fármaco cuando el conjugado anticuerpo-fármaco posterior se dirige a un antígeno de célula cancerosa diferente, como fue el caso de este paciente. 38

 


TABLA 1. Características clave de sacituzumab govitecan y trastuzumab deruxtecan para el tratamiento del cáncer de mama metastásico triple negativo.


Se informó al paciente sobre los efectos tóxicos asociados con trastuzumab deruxtecan, que incluyen citopenias, náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento, transaminitis, fatiga, anorexia, alopecia y, en raras ocasiones, disfunción del ventrículo izquierdo. 22,23 Se le informó que la enfermedad pulmonar intersticial (EPI) y la neumonitis ocurrieron en 10 a 15 % de los pacientes que habían sido tratados con trastuzumab deruxtecan en los ensayos DESTINY-Breast, 22,36,37 aunque los eventos fatales relacionados con la enfermedad pulmonar intersticial La enfermedad (EPI) y la neumonitis ocurrieron en menos del 3% de los pacientes. 22,36,37 Optó por iniciar tratamiento con trastuzumab deruxtecan.

Nueve semanas después de iniciar el tratamiento con trastuzumab deruxtecan, la tos crónica del paciente se mantuvo sin cambios. Sin embargo, la TC de tórax se realizó de acuerdo con la recomendación 37 de la Sociedad Europea de Oncología Médica para detectar EPI y neumonitis cada 9 a 12 semanas durante el tratamiento, incluso en pacientes asintomáticos.

La tomografía computarizada del tórax, realizada después de la administración de material de contraste intravenoso, mostró que la gran masa ganglionar perihiliar derecha no había cambiado y que había nuevas opacidades circundantes en vidrio esmerilado. Además, se observaron nuevos nódulos agrupados en el lóbulo inferior derecho basal ( Figura 4D y 4E ).

Dada la alta incidencia conocida de efectos tóxicos pulmonares entre los pacientes tratados con trastuzumab deruxtecan, se interrumpió este tratamiento. Luego el paciente fue evaluado en la clínica pulmonar.


Discusión sobre el manejo pulmonar

Entre los pacientes que reciben trastuzumab deruxtecan, existe una incidencia relativamente alta de anomalías pulmonares intersticiales, estimada en hasta un 17%. 39 En comparación, se estima que la incidencia de neumonitis asociada con la terapia con inhibidores de puntos de control es aproximadamente del 5%. 40

Los síntomas de la neumonitis inducida por fármacos son inespecíficos e incluyen tos, dificultad para respirar y, ocasionalmente, fiebre e hipoxemia. El examen físico puede ser normal. Los resultados de los estudios de imagen son inespecíficos y las anomalías pueden ser unilaterales o bilaterales, pueden tener una apariencia de vidrio esmerilado o consolidada y pueden incluir opacidades difusas o en parches. 41 Los resultados de las pruebas de función pulmonar pueden ser normales o mostrar una capacidad de difusión reducida de los pulmones para el monóxido de carbono y la restricción. El papel de la broncoscopia en el contexto de sospecha de neumonitis es principalmente descartar otras causas de los hallazgos radiológicos, como infecciones, hemorragia alveolar o diseminación linfangítica del cáncer.

El paciente tuvo tos seca intermitente que comenzó varias semanas antes del tratamiento con sacituzumab govitecan y no cambió después de 11 meses de tratamiento con sacituzumab govitecan y 9 semanas de tratamiento con trastuzumab deruxtecan. Cuando la evalué en la clínica pulmonar, también refirió 2 meses de disnea leve de esfuerzo. Los signos vitales eran normales y no presentaba desaturación de oxígeno al caminar. Hubo sibilancias focales en el campo pulmonar superior derecho. Una revisión de las imágenes de tórax mostró un estrechamiento progresivo del bronquio del lóbulo medio derecho con consolidación distal, estrechamiento de la vena pulmonar superior derecha y engrosamiento del tabique interlobular. Nuevos nódulos agrupados estaban presentes en el lóbulo inferior derecho basal. Los resultados de la espirometría fueron sugestivos de la presencia de una obstrucción con evidencia de hiperinflación; la capacidad de difusión de monóxido de carbono de los pulmones era normal. El siguiente paso en nuestra evaluación fue realizar una broncoscopia.

Cuando al paciente se le realizó una broncoscopia, el lóbulo medio derecho estaba completamente obstruido por efecto de masa. Las muestras obtenidas del líquido de lavado broncoalveolar no sugirieron hemorragia alveolar difusa. Además, las pruebas citológicas y el cultivo del líquido fueron negativos. Las muestras de biopsia transbronquial que se obtuvieron del lóbulo inferior derecho en un intento de apuntar a los nódulos agrupados en el lóbulo inferior derecho no incluían tejido pulmonar alveolado. El paciente no era candidato para la colocación de stents en las vías respiratorias obstruidas. Se realizó una biopsia de la masa del lóbulo superior derecho.

El examen patológico de la muestra de biopsia que se obtuvo del lóbulo superior derecho del pulmón mostró un carcinoma poco diferenciado, como se había observado en la masa cerebral resecada ( Figura 2 ). En la tinción inmunohistoquímica, las células tumorales tuvieron una positividad irregular para GATA-3, lo que confirmó la metástasis de la mama; las células fueron negativas para los receptores de estrógeno y progesterona, y la puntuación de HER2 fue 1+.

 

Seguimiento

Se creía que los hallazgos radiológicos de los nódulos del lóbulo inferior derecho eran secreciones o sangre de la masa primaria del lóbulo medio derecho. En ausencia de evidencia clara de neumonitis y progresión radiológica, el paciente no fue tratado con glucocorticoides y se reinició trastuzumab deruxtecan. No se desarrollaron nuevos síntomas pulmonares y el tratamiento con trastuzumab deruxtecan continuó durante 3 meses más, pero posteriormente se suspendió cuando se desarrolló una nueva metástasis en la circunvolución orbitaria frontal izquierda, que medía 1,4 cm de diámetro, y la masa perihiliar se agrandó. Se sometió a radiocirugía estereotáxica en la metástasis cerebral, seguida de quimioterapia adicional.

En total, este paciente recibió terapia con sacituzumab govitecan durante 10 meses, seguida de terapia con trastuzumab deruxtecan durante 6 meses, con una calidad de vida aceptable durante este período, lo que resalta el papel potencial del uso de conjugados secuenciales anticuerpo-fármaco en algunos pacientes con triple metástasis. -cáncer de mama negativo; Este enfoque de tratamiento se está estudiando más a fondo.

Luego, la paciente recibió líneas adicionales de terapia sistémica que incluían quimioterapia, y fue inscrita en un ensayo clínico en el que recibió inmunoterapia, un inhibidor de la poli(adenosina difosfato-ribosa) polimerasa (PARP) y radiación a la masa hiliar (ClinicalTrials. número de gobierno, NCT04837209 ). Posteriormente recibió radioterapia de todo el cerebro por el empeoramiento de las metástasis cerebrales. Su curso postradiación se complicó por una caída que requirió cirugía por una fractura de cadera. Aunque se demostró que las metástasis cerebrales tenían una marcada regresión en la radiografía 2 meses después de la radioterapia de todo el cerebro, se desarrolló una progresión extracraneal generalizada, por lo que recibió otra línea de quimioterapia. Lamentablemente, 8 años después del diagnóstico inicial de cáncer, la paciente falleció a causa de la enfermedad por coronavirus en 2019, en el contexto de una inmunosupresión inducida por la quimioterapia.

 

Diagnostico final

Cáncer de mama triple negativo con metástasis a pulmón y cerebro.

 

 

Traducido de:

A 45-Year-Old Woman with Metastatic Breast Cancer

Authors: Neelima Vidula, M.D., Karen Rodriguez, M.D., Alexandra K. Wong, M.D., and Baris Boyraz, M.D., Ph.D.Author Info & Affiliations

Published June 5, 2024

N Engl J Med 2024;390:2011-2022

VOL. 390 NO. 21

https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMcpc2309499

viernes, 6 de diciembre de 2019

Una estaca cuadrada en un agujero redondo...

En este ejercicio clínico se presenta un caso que es discutido por un médico internista al que se le van proporcionando datos de la historia clínica en forma secuencial, y este analiza el cuadro a la luz de los nuevos elementos, de una manera análoga al proceso diagnóstico en la práctica real de la medicinaUna mujer de 51 años había tenido visión borrosa, poliuria, y anorexia durante aproximadamente 6 semanas. Había perdido 9 kg de peso en los últimos 3 meses sin habérselo propuesto. Otros síntomas incluían flujo vaginal e irritación de encías. Su médico le diagnosticó diabetes mellitus (en base a una glucemia realizada al azar de 317 mg/dl) y vaginitis candidiásica. Otros estudios de laboratorio hechos en ese momento mostraron hematocrito de 41%, con un volumen corpuscular medio de 74 fl.

Impresiona como un cuadro de diabetes mellitus, aunque existen algunos hallazgos atípicos. Primero, aunque el paciente tiene poliuria y pérdida de peso, dos de los síntomas clásicos de diabetes, ella también tiene anorexia, lo cual es inusual en pacientes recientemente diagnosticados. Los síntomas visuales, ciertamente pueden resultar de los cambios osmóticos en el cristalino y se ven cuando la glucemia presenta comportamiento errático. La vaginitis es una infección que está fuertemente asociada con la hiperglucemia. El significado clínico de la irritación de las encías no está claro.
La glucemia elevada es probablemente debida a diabetes mellitus, pero puede haber otras causas de hiperglucemia, que en ese caso se llamarían diabetes secundaria, como enfermedad o síndrome de Cushing, enfermedad pancreática, feocromocitoma y un número grande de drogas. La microcitosis en una paciente de 51 años es probablemente causada por deficiencia de hierro. Sin embargo, un hematocrito de 41% es alto en presencia de deficiencia de hierro. Quizás el hematocrito representa depleción de volumen debido a glucosuria. En cualquier caso, el diagnóstico de deficiencia de hierro debe ser confirmado, ya que otras condiciones estan asociadas con un volumen corpuscular medio bajo, incluyendo talasemia, anemia de los trastornos crónicos, e intoxicación por plomo.
La paciente había tenido su última menstruación 2 meses antes. La concentración de ferritina sérica era de 247 ng/ml. Ella fue tratada con metformina y una crema anti fúngica vaginal. Ella se monitoreaba la glucemia frecuentemente, y los valores se normalizaron. Su visión borrosa y poliuria se resolvieron, así como el flujo vaginal y la irritación gingival. Sin embargo, la anorexia y la pérdida de peso continuaron. Ella notó fiebre vespertina, fatiga extrema y tos. Fue vista dos meses después de su presentación inicial por otro médico, quien auscultó un soplo cardiaco no detectado previamente a la auscultación. El mismo era holosistólico de una intensidad 3/6 auscultado a lo largo del borde esternal izquierdo, aumentando con la inspiración. Ella se sentía bien, por lo que se diagnosticó un síndrome viral. Dos muestras de hemocultivos fueron obtenidas y la paciente fue enviada a su casa.

Lo que inicialmente parecía un cuadro claro de diabetes mellitus de comienzo en el adulto, es ahora menos cierto. El diagnóstico de deficiencia de hierro es virtualmente descartado por la concentración de ferritina normal. Lo que persiste es la pérdida de peso. En la diabetes mellitus, el peso se recupera lentamente una vez que se comienza el tratamiento. Existe también el hallazgo de un “nuevo” soplo cardiaco, aunque tal hallazgo debe ser interpretado con cautela. Si el soplo es nuevo, yo pensaría en la posibilidad de endocarditis, a la espera de nueva información. Un soplo que aumenta con la inspiración probablemente represente una insuficiencia tricuspídea. La posibilidad de tuberculosis debe ser considerada en una paciente con pérdida de peso, tos y fiebre. Una Rx de tórax sería apropiada. La presencia de enfermedad periodóntica de cualquier clase con la aparición de un soplo hace pensar siempre en endocarditis.La paciente tenía un quiste de ovario y estaba apendicectomizada desde su juventud. Ella había tenido asma en la niñez. Su única medicación era metformina. Vivía con su marido y una hermana, y trabajaba como analista de sistemas de computadoras. No había estado expuesta a tuberculosis, no usaba drogas ilícitas, y no tenía factores de riesgo para HIV. Después de fumar durante 30 años, había abandonado el hábito 5 años antes. No había historia familiar de diabetes. Uno de los dos hemocultivos fue positivo para cocos grampositivos en racimos (no se había todavía determinado si era coagulasa positivo o negativo). La paciente vino con ese resultado al departamento de emergencia para evaluación. En ese momento había perdido un total de 13,6 kg de peso.

Es sorprendente la pérdida de peso involuntaria que ocurre en un corto período de tiempo. No se todavía que importancia puede tener el hemocultivo positivo. Yo dudo que la paciente tenga endocarditis, pero su médico está en una situación incómoda debido a que debe descartar esa posibilidad. En este punto el examen físico es de gran valor y debe documentarse la temperatura así como el comportamiento del soplo, si este presenta variaciones, petequias, hemorragias en astilla u organomegalia.Después de arribar al departamento de emergencias la paciente dijo sentirse mejor que el último mes, aunque todavía tenía fiebre nocturna y ocasionales episodios de tos. No tenía fotofobia, cefalea, ortopnea, síncope, dolor torácico, o rash. En el examen impresionaba en buen estado general, la temperatura oral era de 38ºC, una frecuencia cardiaca de 95 por minuto y una TA de 117/60 Hg y una frecuencia respiratoria de 12. Fondo de ojo normal, el soplo previamente descripto se auscultaba sin cambios, el examen respiratorio no mostraba anormalidades, y el hígado era levemente pulsátil pero no estaba agrandado. No había signos periféricos de endocarditis.

En este punto, otras condiciones cardiacas me vienen a la mente. En particular, yo consideraríaun defecto del cierre septal ventricular, el defecto del cierre del tabique septal no está asociado a aumento de la incidencia de endocarditis. Sin embargo, el defecto septal ventricular raramente escapa al diagnóstico hasta la sexta década de la vida.
Que hacer ahora? Yo obtendría mas muestras de hemocultivos además de nuevos análisis completos de sangre. Una Rx de tórax sería útil para determinar si hay tuberculosis. Aunque dudo que esta paciente tenga endocarditis, un ECG y un ecocardiograma son necesarios ya que la endocarditis debe considerarse hasta demostrar lo contrario.
El recuento de blancos fue de 7600/mm3 (70% neutrófilos, 20% linfocitos, 10% monocitos) El hematocrito 36%, volumen corpuscular medio 69 fl. El recuento de plaquetas fue de 487.000/mm3, con una VSG de 80 mm/hora. Otros resultados incluían glucemia 181 mg/dl y una albúmina de 2,7 g/dl. Los electrolitos, creatinina y urea fueron normales. Los análisis de orina fueron negativos para leucocitos pero había ocasionales células blancas en campo de gran aumento. Un ECG de 12 derivaciones reveló bloqueo de rama izquierda. Una Rx de tórax (Figura 1) mostró una silueta cardiaca levemente agrandada y múltiples nódulos pulmonares bien circunscriptos de entre 0,5 y 2 cm de tamaño que afectaban los campos inferiores y superiores de ambos pulmones. No había electrocardiogramas previos.

Cual es el diagnóstico?

La paciente tiene anemia microcítica, trombocitosis, una eritrosedimentación acelerada, una glucemia alta, y un análisis de orina esencialmente normal. Los hallazgos de la Rx de tórax son alarmantes. Si yo hubiera mirado la Rx de sin conocer nada de la paciente pensaría en carcinoma renal metastásico. La ausencia de hematuria, dolor en flanco, o una masa en el flanco no descarta mi hipótesis. La presencia imágenes pulmonares aumenta las posibilidades de granulomatosis de Wegener, aunque el paciente no tiene insuficiencia renal, cilindros ni hematuria significativa. Más aún, la granulomatosis de Wegener, como el carcinoma de células renales no explican todos los datos de la paciente, especialmente el soplo y los hallazgos electrocardiográficos. Otro diagnóstico potencial es la sarcoidosis, una forma de enfermedad en la que los hallazgos de la Rx de tórax pueden recordar a los de esta paciente. Sarcoidosis puede explicar los trastornos de conduccióndel ECG. Enfermedad fúngica tal como coccidioidomicosis o histoplasmosis debe ser también considerado en este punto, aunque no explicaría los hallazgos cardiacos.
Finalmente, yo mencionaría la endocarditis otra vez. La paciente no parece tan enferma como para tener múltiples embolias pulmonares sépticas. Sin embargo yo obtendría una ecocardiograma para asegurarme la auesencia de lesiones valvulares. También solicitaría imágenes de tórax, abdomen y pelvis si el ecocardiograma no revela alguna anormalidad, ya que estoy preocupado por otros diagnósticos tales como tumor metastático, sarcoidosis, y granulomatosis de Wegener. Si el ecocardiograma y la TAC no me ayudan llegaría hasta la biopsia de alguno de los nódulos pulmonares si fuera necesario.
La paciente fue internada por presunta endocarditis. Cuatro hemocultivos fueron obtenidos antes de comenzar tratamiento con nafcilina y gentamicina. En el segundo día de internación el primer hemocultivo obtenido unos días antes se informó como staphylococcus coagulasa negativo y considerado de contaminación. El segundo grupo de hemocultivos, obtenidos antes de esta internación permanecieron negativos, como también lo fueron los cuatro tomados en esta internación. Un ecocardiograma transtorácico reveló leve prolapso tricuspídeo, leve regurgitación tricuspídea, un pequeño derrame pericárdico, leve hipertensión pulmonar, y una fracción de eyección de 50%. No se observaron vegetaciones.

Hay que tener cuidado en descartar endocarditis con un ecocardiograma transtorácico, debido a su baja sensibilidad, aunque esta es mayor en válvula tricúscpide que en vegetaciones de válvulas izquierdas. Creo que con un ecocardiograma transtorácico normal y tantos hemocultivos negativos no realizaría un transesofágico. Sin embargo estoy más preocupado por las imágenes de abdomen y pelvis.Los hemocultivos permanecieron negativos. Una TAC de tórax, abdomen y pelvis reveló múltiples embolias pulmonares distribuidas en ambos pulmones, predominantemente en localización subpleural, sin evidencias de cavitación o derrame pleural. El hígado, vesícula, páncreas, bazo y estructuras pélvicas parecian normales. Sin embargo había una masa renal que impresionaba sólida compatible con cáncer renal. Dados los hallazgos de la paciente, se realizó diagnóstico de carcinoma renal con metástasis pulmonares. Después de la consulta oncológica una biopsia no fue llevada a cabo debido a que el cuadro clínico era demasiado característico. Un régimen quimioterapéutico con fluorouracilo, interferon y aldesleukina fue iniciado

El diagnóstico de carcinoma de células renales explica la fiebre, la pérdida de peso, y los hallazgos pulmonares; sin embargo los hallazgos cardiacos son todavía incongruentes. Mas aún, yo estoy preocupado acerca del diagnóstico de la enfermedad con escasos elementos y sin una biopsia tisular. Además, hay casos de tumores renales en los que remite la enfermedad metastásica una vez hecha la nefrectomía, aunque en general es un tumor difícil de tratar. El paciente no respondió al régimen quimioterápico. Una biopsia pulmonar fue llevada a cabo varios meses después la que confirmó el diagnóstico de carcinoma de células renales

Discusión:
El carcinoma de células renales ha sido durante mucho tiempo catalogado junto a la sífilis y a la tuberculosis como los grandes imitadores de la medicina interna. (1) El carcinoma de células renales continúa burlando al internista, y no es sorprendente que el correcto diagnóstico estuviese oscuro tanto tiempo. Aunque la dilación o el retraso en el diagnóstico probablemente no afectaron el pronóstico o las opciones terapéuticas, en algunas situaciones este retraso puede tener graves consecuencias. Una comparación entre el approach diagnóstico de los médicos que trataron a la paciente y el clínico que llevó a cabo la discusión puede servir para poner de manifiesto el proceso cognitivo que usamos para resolver problemas clínicos, y así contribuir a evitar errores diagnósticos.
Una fuente de error es la dependencia excesiva en el uso de patrones. El approach clínico para la mayoría de los problemas en el primer intento es clasificar al problema en una categoría reconocible y predefinida, de acuerdo a a los patrones en que ellos ocurren. (2) El patrón de reconocimiento simplifica enormemente la resolución del problema, y es de extraordinario valor en contextos clínicos con alta presión de tiempo, permitiéndonos diagnosticar enfermedades comunes, tales como infecciones del tracto respiratorio superior rápidamente. Ocasionalmente sin embargo, el confiar en el patrón de reconocimiento nos lleva a cometer errores cuando queremos colocar un cuadrado en un agujero redondo. Tal como expresara Leape: “Los humanos prefieren el reconocimiento del patrón al cálculo, así que están fuertemente sesgados a encontrar una solución ya empaquetada… antes que tomarnos el trabajo mas extenuante del conocimiento basado en el razonamiento.” (3) Parte de este sesgo incluye una “tendencia a buscar evidencias que sostengan una hipótesis e ignorar datos que la contradicen.” (3) Esta paciente inicialmente se presentó conpoliuria, pérdida de peso e hiperglucemia, hallazgos que los clínicos reconocen como consistente con el diagnóstico de diabetes mellitus. El médico que discutió el caso también reconoció este patrón pero notó inconsistencias tales como anorexia y microcitosis, y se mantuvo cauteloso del diagnóstico de diabetes como única explicación de las manifestaciones de la paciente.
La paciente se presentó 2 meses mas tarde con tos, fiebre, fatiga y un soplo consistente con insuficiencia tricuspídea. Los hemocultivos fueron obtenidos, presumiblemente debido a la sospecha de endocarditis, aunque se diagnosticó “síndrome viral”. Una Rx de tórax, como solicitó el médico que analizó el caso, debió haber sido obtenida. Nosotros sospechamos que el descuido de no solicitarla, resultó en parte de un defecto en la contextualización de la enfermedad del paciente. (4) Los clínicos tratantes probablemente interpretaron el cuadro como un proceso infeccioso subagudo en una paciente diabética. Sin embargo, el médico que analizó el caso consideró que la paciente estaba cursando un inexplicado síndrome caracterizado por hiperglucemia, anorexia persistente y pérdida de peso, tos fiebre y soplo de cavidades derechas. Tales diferencias en el enmarcado del problema puede conducir hacia dos senderos diagnósticos muy diferentes. (4) El estrecho contexto en que los clínicos enmarcaron al caso contribuyó muy probablemente a no solicitar una Rx de tórax que podría haber arrojado luz sobre el diagnóstico mucho antes.
Después de obtener más datos los clínicos establecieron un diagnóstico presuntivo de endocarditis, mientras que el médico que analizó el caso consideró otras entidades, incluyendo el carcinoma de células renales como probable. Otra vez vemos al caso enmarcado en diferentes contextos. Los médicos que trataban a la paciente interpretaron a una mujer con síntomas generales asociado a soplo de insuficiencia tricuspídea, hemocultivos con desarrollo de cocos gram positivos y trastornos de conducción en el ECG, y por lo tanto interpretaron los hallazgos radiológicos como nódulos pulmonares embólicos. En este contexto, la mayoría de los médicos considerarían un diagnóstico de endocarditis de cavidades derechas. El reconocimiento de este patrón familiar condujo a los clínicos a ese diagnóstico presuntivo, a pesar de otra inconsistencia, la de una paciente que se sentía relativamente bien para estar cursando un cuadro de embolias sépticas pulmonares. El contexto en que el médico que discutió el caso, por otro lado fue la de una enfermedad indeterminada de varios meses de evolución. Aunque preocupado acerca del diagnóstico de endocarditis aún asumiendo que el hemocultivo presentaba contaminación, contempló una selección de diagnósticos posibles (incluyendo el correcto) y sugirió la necesidad de una TAC toraco abdomino pelviana, estudio que finalmente demostró el tumor renal.
Los hallazgos inespecíficos e inconsistentes debido a metástasis y a síndromes paraneoplásicos tienden a ser la regla más que la excepción en el carcinoma de células renales. Muchos de los hallazgos de esta paciente (fiebre, pérdida de peso, fatiga, y anemia) son comunmente vistos en el carcinoma renal metastásico. Este paciente, sin embargo no tiene los hallazgos clásicos del tumor renal como hematuria, dolor o masa palpable. Aunque esos hallazgos no están comunmente presentes en combinación, al menos uno, usualmente hematuria, es encontrado al momento de la presentación en la mayoría de los casos (5)
Que hay de los síntomas y signos de nuestra paciente? Podemos atribuir todo al cáncer de riñón? En la bibliografía existen dos casos de carcinoma renal asociado a hiperglucemia. (6,7) En ambos casos, la hiperglucemia se resolvió después de la nefrectomía. El mecanismo no está claro.
La insuficiencia tricuspídea en esta paciente puede haber sido debida a hipertensión pulmonar causada por múltiples embolias carcinomatosas en el lecho vascular pulmonar. (8,9,10,11) El bloqueo de rama izquiera es más difícil de explicar. Aunque el carcinoma de células renales puede afectar el corazón, las metástasis son usualmente endocárdicas o intracavitarias mas que intramiocárdicas y difícilmente interrumpan el sistema de conducción. (12) Los síntomas de periodontitis pueden haber estado justificados por la hiperglucemia. (13,14)
Los desafíos de este caso no terminan con el hallazgo del tumor renal. Debió haberse obtenido una biopsia antes de iniciar el tratamiento y diagnosticar una enfermedad terminal aún sin una certificación anatomo patológica? Aunque estamos de acuerdo con el médico que analizó el caso en que es necesario tener 100% de certeza diagnóstica para establecer este diagnóstico, también creemos que esta paciente presentaba casi ese nivel de certeza Podría esta paciente haberse beneficiado de una nefrectomía? , de los datos existentes se desprende que no está rutinariamente indicada en este contexto. (5, 15,16,17,18,19,20)
A pesar de los avances científicos, el carcinoma de células renales continua desafiando nuestros esfuerzos diagnósticos y terapéuticos. Pero aunque a menudo es fuente de frustración en el contexto clínico, sus desafíos nos dan la oportunidad de examinar nuestro approach cognitivo para resolver problemas clínicos. (2, 21)
Tener conciencia de nuestra tendencia a confiar demasiado en patrones aprendidos, a ignorar información clínica importante y a contextualizar hallazgos inapropiadamente, pueden conducirnos a mejorar nuestra capacidad de arribar al diagnóstico en menos tiempo y en mejor forma.


Conclusiones finales:Muchas veces nos pasa que intentamos forzar una estaca cuadrada en un hoyo redondo. Cada vez que en nuestra práctica médica seguimos obcecadamente nuestra hipótesis diagnóstica y desoímos esas molestas “inconsistencias” que no encajan con el cuadro, ignorándolas. Esa tendencia a negar datos que no son congruentes con nuestro derrotero diagnóstico, muchas veces nos juegan en contra. Es muy frecuente lamentarse de no haber prestado más atención o dar validez un dato de laboratorio, un signo o un síntoma que el paciente refirió en la historia clínica.
En el otro extremo está la situación, en que cualquier dato discordante, a veces menor nos saca de nuestro rumbo y desvía nuestra atención.Como discriminar entre ambas situaciones es un hilo muy delgado y sutil, que seguramente tiene que ver con la experiencia clínica. A qué cosas dar valor, y a qué otras ignorar. Hasta donde seguir una hipótesis diagnóstica y cuando decidir abandonarla para seguir una nueva. Cuando hay que hacer el ejercicio de “descontextualizar” un elemento de la historia y observarlo “fuera de contexto”. En otras palabras, el médico que discute el caso, en un momento dice: “si no conociera a la paciente y viera esta radiografía de tórax, pensaría en carcinoma renal metastásico”Es bueno a veces olvidarse del caso y ver objetivamente una radiografía, un valor de laboratorio, o un dato cualquiera de la historia clínica. En definitiva, esto es lo que hace un colega a quien consultamos en un caso al que no le encontramos solución. Lo ve todo mas claro, sin prejuicios, sin preconceptos.Lógicamente esto no significa ignorar la historia toda del paciente, sino simplemente es un simple ejercicio, salirse del contexto y mirar el caso desde otra perspectiva, aunque sea por unos minutos.
El reconocimiento del patrón es un atajo del que disponemos los clínicos de tremendo valor como herramienta diagnóstica. A medida que ganamos experiencia, la cantidad de “patrones” que vamos incorporando es mayor, y es así que después de muchos años de práctica clínica tenemos la suficiente cantidad de estos atajos, especies de “programas enlatados” o “empaquetados” como para no tener que recurrir al largo procedimiento deductivo para llegar al diagnóstico.
Es así como la presencia de una fosfatasa alcalina alta no metastásica en un gastrectomizado puede sugerirnos rápidamente osteomalacia por malabsorción de vitamina D sin demasiados razonamientos ni estudios, o la claudicación mandibular una arteritis temporal, o la tos nocturna reflujo gatroesofágico, insuficiencia cardiaca o asma.
Sin embargo estos patrones a veces nos traicionan y son causa de nuestros errores, y estas herramientas son demasiado rígidas, teniendo que recurrir a otro tipo de herramientas adecuadas a nuestro caso actual.
Cuando esas “molestas inconsistencias” atenten contra nuestro patrón, no dudar en abandonarlo rápidamente, y si no encontramos otro que las incluya, preparanos para “aprender a diagnosticar una situación nueva”

Traducido de: “A Square Peg in a Round Hole” "The New England Journal of Medicine"Sanjay Saint, M.D., Somnath Saha, M.D., and Lawrence M. Tierney, M.D.


Fuente de información: From the Department of Medicine, University of Washington, Seattle (S. Saint, S. Saha), and the Department of Medicine, University of California, San Francisco (L.M.T.).
Address reprint requests to Dr. Saint at the Robert Wood Johnson Clinical Scholars Program, 1959 Pacific Ave. NE, H220-A Health Sciences Center, University of Washington, Box 357183, Seattle, WA 98195-7183.

miércoles, 7 de noviembre de 2018

Mujer de 77 años con pérdida de peso, disnea, linfoadenopatías e infiltrados pulmonares bilaterales. ¡Lo invitamos a opinar!


Mujer de 77 años con pérdida de peso, disnea, linfoadenopatías e infiltrados pulmonares bilaterales. ¡Lo invitamos a opinar!
Presentación del caso clínico: Dra. Carolina Chacón
Mujer de 77 años con pérdida de peso, disnea, linfoadenopatías e infiltrados pulmonares bilaterales.
Enfermedad Actual:
Paciente de sexo femenino de 77 años de edad con astenia, hiporexia, pérdida de peso y disnea. Cuadro clínico de seis meses de evolución de disnea progresiva hasta hacerse de reposo, alteración del hábito evacuatorio con disminución del calibre de las heces, astenia e hiporexia no selectiva con pérdida de 20 kilogramos de peso.
Antecedentes Personales:• Hipertensión arterial diagnosticada hace 12 años,  en tratamiento con atenolol 25 mg/día.

• Hipotiroidismo desde hace 10 años en tratamiento con levotiroxina.

• Probable neumonía  (5 meses antes del ingreso).

• Anexohisterectomía hace 18 años por ginecorragia, con diagnóstico de cistoadenocarcinoma seroso de ovario, con infiltración del estroma y de la cápsula y extensa necrosis. Realizó tratamiento quimioterápico posterior por 8 meses.

• Colecistectomizada.

• Tabaquismo de 20 cigarrillos por día desde los 45 hasta los 55 años.
Examen  Físico (dato positivos):

Impresiona moderadamente enferma. Palidez conjuntival. Signos vitales: presión arterial : 85/50 mmHg ; frecuencia cardíaca: 88 latidos por minuto; frecuencia respiratoria: 28 ciclos por minuto; temperatura: 36 °C.
Peso: 56,5 kg.

Adenopatía supraclavicular izquierda de 1 cm de diámetro mayor, móvil, indolora.

Auscultación pulmonar: rales crepitantes bibasales.
Estudios Complementarios:
♦ Estudios previos a la internación:
• ECOCARDIOGRAMA (8 meses antes): diámetros, espesor de la pared y función del ventrículo izquierdo normales; dilatación leve de la aurícula izquierda; dilatación leve a moderada de la raíz aórtica y de la aorta descendente; signos indirectos de insuficiencia aórtica; válvula aórtica engrosada con apertura conservada; cavidades derechas normales;  pericardio sin alteraciones.
• ECOGRAFIA ABDOMINAL (2 meses antes): sin alteraciones del parénquima hepático; presencia de dos imágenes compatibles con adenomegalias, de 21 y 28 mm de diámetro, a nivel del hilio hepático y por delante de la cabeza del páncreas, lesión similar de 21mm intercavoaórtica.
• TAC DE ABDOMEN Y PELVIS CON CONTRASTE ENDOVENOSO (1 mes antes): engrosamiento circunferencial a nivel del antro gástrico. Adenomegalias retroperitoneales lateroaórticas izquierdas, intercavoaórticas, retrocavas, peripancreáticas y en hilio hepático. Imagen compatible con voluminoso quiste seroso simple renal izquierdo. Eventración infraumbilical mediana con contenido de colon.
♦ Estudios durante la internación:
• LABORATORIO:
· Hematócrito 31 %
· Hemoglobinemia 10,9 g/dl
· VCM  (Volumen Corpuscular Medio) 84 fl
· HCM  (Hemoglobina Corpuscular Media) 29 pg
· Reticulocitos 1,5 %
· Leucocitos 4.800 /mm3
· Plaquetas 168.000 /mm3
· Uremia 37 mg/dl
· Creatininemia 0,88 mg/dl
· LDH  (lactato dehidrogenasa) 215 mg/dl
· ASAT (aspartato aminotransferasa) 14 U/l
· ALAT (alanino aminotransferasa) 6 U/l
· Fosfatasa alcalina 177 mg/dl
· Colinesterasa sérica 5.691 U/l
· Proteínas totales 7,6 g/dl
· Albuminemia 3,1 g/dl
· TP (tiempo de protrombina) 12 segundos
· KPTTa  36 segundos
· Calcemia 10,6 mg/dl
· Natremia 130 mEq/l
· Kalemia 4,07 mEq/l
 VIDEOESOFAGOGASTRODUODENOSCOPIA: esófago: hernia hiatal por deslizamiento con esofagitis grado I. Estómago: erosiones antrales con hematoma, antro deformado sin lesión endoluminal.
 INFORME ANÁTOMO-PATOLÓGICO DE BIOPSIA DE ESTÓMAGO:   Gastritis crónica leve. No se observa lesión neoplásica en el material remitido.
 ECOGRAFÍA GINECOLÓGICA: no se visualiza útero ni anexos. Cúpula vaginal de características normales.
 ECOGRAFÍA ABDOMINAL: hígado de forma y tamaño conservados, parénquima homogéneo con incremento de la ecogenicidad compatible con algún grado de esteatosis. Se visualizan adenopatías en el hilio hepático. Vía biliar intra y extrahepática de calibre conservado. Páncreas de ecoestructura normal sin masa ocupante de espacio en su proyección. Se visualiza quiste en proyección del polo superior del riñón izquierdo de 50 a 60 mm de diámetro. No se observa líquido libre intraabdominal. Derrame pleural derecho.
 TAC DE ABDOMEN Y PELVIS CON CONTRASTE: adenomegalias retroperitoneales en situación látero aórtica izquierda, intercavoaórtica, retrocava, peripancreática y en hilio hepático. Voluminoso quiste seroso simple renal izquierdo. Cicatriz quirúrgica en línea media de pared abdominal anterior. Derrame pleural bilateral a predominio izquierdo. (imagen 1)



Imagen 1: Cortes de TAC donde se observan adenomegalias retroperitoneales y voluminoso quiste renal izquierdo.

 SERIADA ESOFAGOGASTRODUODENAL: esófago de trayecto y calibre normal. La mucosografía gástrica muestra engrosamiento en los pliegues de la curvatura mayor. Se observa opacificación de la vía biliar intrahepática compatible con reflujo. Bulbo y marco duodenal sin evidencia de alteraciones.

 ANTÍGENO CARCINOEMBRIONARIO (CEA): dentro de valores normales
 ECOCARDIOGRAMA: insuficiencia mitral moderada e insuficiencia aórtica leve. 
 SANGRE OCULTA EN MATERIA FECAL: negativo.
 HORMONAS TIROIDEAS: Tirotrofina plasmática (TSH): 0.02 uUI/ml (rango normal de 0.27 a 4.2 uUI/ml). Tiroxina plasmática libre (T4 libre): 2.29 uUI/ml (rango normal de 0.8 a 2 uUI/ml).
 TAC  DE TÓRAX Y CUELLO DE ALTA RESOLUCIÓN(imágenes 2 y 3)Glándula tiroides aumentada de volumen, heterogénea, con imagen nodular en lóbulo izquierdo. Disminución del volumen del hemitórax derecho, con desplazamiento del mediastino hacia la derecha. Engrosamiento del intersticio peribroncovascular, de septos interlobulillares y subpleurales. Aspecto irregular de pleuras viscerales. Imagen en “vidrio esmerilado”, en parches, de ambos campos pulmonares. Engrosamiento irregular de cisuras. Adenomegalias mediastinales grupo 4R, 4L, 5L y 6L. Derrame pleural bilateral a predominio izquierdo.


Imagen 2: Cortes de TAC donde se observa derrrame pleural bilateral a predominio izquierdo y adenomegalias mediastinales.


Imagen 3: Cortes de TAC donde se detectan engrosamiento del intersticio peribroncovascular, de septos interlobulillares y subpleurales. Imagen en “vidrio esmerilado”, en parches, de ambos campos pulmonares.
 Evolución:
Presentó progresión de la disnea hasta hacerse de reposo, asociada a tos con expectoración mucosa y edemas en miembros inferiores.

Se constató un empeoramiento progresivo de la función respiratoria, deterioro del sensorio y del ritmo diurético. Falleció a los 8 meses de evolución de su enfermedad.
Discusión Del Caso Clínico
Dr. Gonzalo Chorzepa (Clínica Médica):
Paciente con síndrome de impregnación, con adenopatías en múltiples territorios, aumento de la velocidad de eritrosedimentación (VES) y hallazgos en TAC de tórax de alta resolución compatibles con linfangitis carcinomatosa.
La linfangitis carcinomatosa es la diseminación intrapulmonar de una neoplasia metastásica a través de los linfáticos y del tejido conectivo contiguo.
En el 80 % de los casos se trata de adenocarcinomas, mencionándose con mayor frecuencia los de mama, pulmón, estómago y luego colon, páncreas y adenocarcinomas de origen desconocido.
El cuadro clínico es florido, con disnea rápidamente progresiva e inicialmente desproporcionada a los hallazgos radiológicos. También se puede presentar tos no productiva, dolor torácico y rales sin evidencia de consolidación.
El diagnóstico se puede realizar con TAC de alta resolución, lavado bronquioloalveolar, biopsia transbronquial, citología de sangre extraída por catéter ubicado en arteria pulmonar, medicina nuclear.
Radiología: puede haber apariencia difusamente reticular o retículo nodular con líneas B de Kerley, suelen estar más afectadas las áreas basales, puede haber derrame pleural, adenopatías hiliares o mediastinales; pero también puede ser normal en el 50 % de los casos.
Fisiopatología: Puede darse por microembolización tumoral, diseminación retrógrada desde ganglios linfáticos comprometidos, extensión local desde un tumor primario pulmonar o diseminación transdiafragmática.
Voy a considerar los posibles orígenes de la neoplasia que pudo haber tenido esta paciente.
Riñón: en los estudios se visualiza una imagen compatible con quiste renal simple, apoyada por sus características de imagen redondeada, de paredes delgadas, con contenido homogéneo sin ecos en su interior, que reforzó con contraste lo que apoya su benignidad.

En cuanto al origen en ovario, no me parece el primer diagnóstico a considerar a pesar del antecedente de la paciente, por haber pasado 18 años desde la intervención quirúrgica en la que se diagnosticó el cáncer de ovario, y por la ausencia de masa o ascitis en el abdomen.
En tercer lugar me parece poco probable el origen en páncreas debido a que no se observa por la TAC y tampoco tiene colestasis ni dolor.
El colon tampoco aparenta ser la causa puesto que no se observa por TAC, tiene antígeno carcinoembrionario (CEA) negativo y ausencia de compromiso hepático, habitualmente el primer sitio de metástasis a distancia de esta neoplasia.
La neoplasia de mama es una causa frecuente de linfangitis carcinomatosa, a su vez es un tumor frecuente. Si bien a esta paciente no se le realizó senografía, este origen no explicaría la  afección del estómago ni las adenopatías abdominales, además no hay tumor al examen físico, por lo que no creo que esta sea la causa más probable.
El adenocarcinoma gástrico, que esta relacionado en ciertos casos a la presencia previa de gastritis crónica, es un diagnóstico a considerar. Se relaciona a la colonización por Helicobacter pylori, pero no contamos con ese dato en esta paciente. Apoyan este diagnóstico: la  presencia de síndrome de impregnación, la posibilidad de encontrar una adenopatía supraclavicular izquierda (ganglio de Virchow), y el engrosamiento del antro que hace pensar en la posibilidad de una linitis plástica. En ese sentido es de notar que no siempre las muestras de biopsia tomadas por endoscopia llegan a submucosa, por lo que es recomendable la toma de 6 a 10 muestras para aumentar el rédito diagnóstico. Además, el tumor podría haber tenido su origen en el techo gástrico, sitio de difícil visualización en la endoscopia.
En el diagnostico diferencial con otras enfermedades merecen destacarse la:
  • Insuficiencia cardíaca congestiva: ante la presencia de líneas B de Kerley, en ausencia de síntomas de insuficiencia cardíaca congestiva la linfangitis carcinomatosa es un diagnostico a considerar.
  • Microembolismo tumoral en el pulmón: éste puede coexistir con la linfangitis carcinomatosa y ser difícil de diferenciar, a veces sólo es posible en la autopsia. 
  • Otras enfermedades intersticiales
Un estudio publicado en el año 1999 se  titula, “Comparación de los hallazgos de TAC de alta resolución en sarcoidosis, linfoma y linfangitis carcinomatosa: ¿hay alguna diferencia en el intersticio comprometido?” (10)
Los posibles sitios de compromiso son:
Las características diferenciales son las siguientes:

Linfangitis carcinomatosa
         engrosamiento de septos interlobulares
         compromiso del intersticio subpleural

Linfoma 

         nódulos de más de 1 cm. diámetro

Sarcoidosis

         Distribución bilateral, predominio en lóbulo superior
Otro diagnóstico a considerar es el linfoma, especialmente no Hodgkin. Éste se puede clasificar en nodal extranodal. Dentro de los extranodales, el gástrico es el lugar más frecuente. Como factores de riesgo se pueden mencionar la quimioterapia previa, la presencia de gastritis crónica atrófica. Algunos datos clínicos favorecen este diagnostico como la pérdida de peso, la presencia de adenopatías en múltiples territorios, el engrosamiento intestinal y del antro gástrico, el aumento de la velocidad de eritrosedimentación.
En conclusión creo que los diagnósticos finales posibles son linfoma no Hodgkin o adenocarcinoma gástrico.
En cuanto al posible mecanismo de muerte probablemente se trató de una insuficiencia respiratoria secundaria a la afección intersticial.

Comentario
Dra. María Eugenia Acharta (Clínica Médica):
 
En primera instancia, podría tratar de enfocar este caso como una linfangitis carcinomatosa (LC), y me pregunto si realmente corresponde a una LC, es decir, apoyamos este diagnóstico en las imágenes sin contar con una muestra de estudio anatomopatológico que lo confirme. Parecen poco probables otros diagnósticos que se comentaron, como por ejemplo, sarcoidosisamiloidosis u otros tipos de enfermedades intersticiales.

Retomando la cuestión, si debemos basar el diagnóstico de LC sólo en las imágenes o implementar alguna otra metodología diagnóstica, podría comentar lo siguiente: en casos de pacientes con neoplasia primaria conocida, las imágenes compatibles se consideran suficientes para el diagnóstico sin necesidad de aplicar otra metodología más invasiva; en casos sin una neoplasia primaria conocida, muchos trabajos sugieren la necesidad de recurrir a otras metodologías diagnósticas, pero con la intención de no ser invasivos se han hecho una serie de estudios que intentan determinar ciertas características de las imágenes que nos ayuden a apoyar este diagnóstico. De esta manera, el compromiso de los septos interlobulares y del intersticio subpleural es altamente sugestivo de LC, y no suelen encontrarse en las otras patologías mencionadas, por lo que estoy de acuerdo con el diagnóstico de LC que se realizó en esta enferma.
Para completar el  comentario acerca del diagnóstico por imágenes resulta muy interesante un artículo de la revista Chest (Lymphangitic carcinomatosis of the lungs. The clinical significance of its roentgenologic classification. Chest. 1972; 62(2):179-87), que si bien tiene unos cuantos años y se basa en descripciones radiológicas, podría extrapolarse a los hallazgos tomográficos. En dicho artículo se describen características de un gran número de pacientes con LC confirmada por anatomía patológica, tanto in vivo como en necropsias; y según ciertos patrones (difuso, predominio de un pulmón, irradiación hiliar, predominio en regiones diafragmáticas) se sugiere cuál podría ser el tumor primario más probable; igualmente son sólo datos orientadores y que no modifican el manejo de estos pacientes.
En lo que respecta a la forma de enfocar a esta enferma para intentar arribar a un diagnóstico, deberíamos pensar que tiene un cáncer de origen desconocido. El diagnóstico se basa en obtener una muestra para estudio anatomopatológico y así, demostrar si tiene un adenocarcinoma, esto ocurre en el 70 a 80% de los casos, un tumor indiferenciado en el 20 a 25% o un  carcinoma escamoso, en menos del 5% de los casos; y a partir de allí sospechar el origen del tumor primario para guiar los estudios. En este caso no contamos con esa información anatomopatológica.
Me quedan dudas acerca de la adenopatía supraclavicular, ya que hubiera sido un sitio accesible para biopsiar y una información muy importante, así como el derrame pleural donde se podría haber realizado estudios citológicos del líquido y biopsia pleural; igualmente la presencia de hallazgos muy característicos de LC, y teniendo en cuenta que aproximadamente el 80% de las LC son debidas a adenocarcinomas, deberíamos orientar la metodología diagnóstica hacia un adenocarcinoma de primario desconocido.
En las series publicadas, las tres neoplasias primarias más frecuentemente responsables de LC pulmonar son los tumores de mama, estómago y pulmón; con distinta frecuencia relativa según los estudios.
No debe considerarse a la linfangitis carcinomatosa, como una entidad de naturaleza invariablemente terminal; es decir, como un paciente sobre el que no tenemos que realizar estudios ni tratamientos. Existen planteos recientes en la literatura de cómo se logra prolongar la sobrevida y mejorar la calidad de vida de estos enfermos, según cuál sea el tumor primario, especialmente con el tratamiento quimioterápico. La sobrevida media es de 2 meses y se prolonga hasta 18 o 20 meses en el caso de pacientes con tumores de pulmón o de ovario tratados con quimioterapia.
Una forma de buscar el tumor primario, podría ser a través del patrón de diseminación anatómica, pero se sugiere no tener esto en cuenta, cuando se estudia un cáncer de origen desconocido, ya que no siempre respeta este patrón. Por ejemplo, pensar que no puede ser un tumor primario de colon con linfangitis carcinomatosa pulmonar si no tiene metástasis hepáticas puede llevar a error ya que esta situación es poco probable pero no imposible y no puede descartarse este origen.
No se mencionó al melanoma, pero igualmente no creo que sea el caso de la paciente, ya que existen muchos otros hallazgos que orientan hacia un origen en el tubo digestivo o hacia un proceso linfoproliferativo. De todas maneras, siempre debe realizarse un examen exhaustivo de la piel para la búsqueda de lesiones sospechosas, incluso un melanoma de tipo amelanótico.
El otro punto que quisiera remarcar es la posibilidad de un segundo tumor, en una paciente que tuvo una neoplasia tratada con quimioterapia, y desconocemos si recibió radioterapia. Estos antecedentes deben ser tenidos en cuenta.
La literatura nos brinda ayuda a través de la epidemiología, pero ninguno de los estudios son a tan largo plazo, ya sea por escasa sobrevida de los pacientes o por pérdida de los mismos en el seguimiento, como para indicar cuáles serían los segundos tumores más frecuentes en una paciente que recibió quimioterapia o radioterapia hace 18 años.
Posteriores a la radioterapia se mencionan una incidencia aumentada de procesos leucémicos entre los 5 y 10 años, pero más allá de los 10 años se describe aparición de tumores sólidos; y en cuanto a la quimioterapia, los agentes alquilantes y el etopósido se relacionan principalmente con leucemias mieloblásticas y también con tumores sólidos.
En cuanto a la etiología, pondría en el mismo nivel de diagnóstico probable un adenocarcinoma gástrico o un proceso linfoproliferativo.
Podría tratarse de un adenocarcinoma gástrico que no haya respetado los patrones de diseminación habitual, y nunca podríamos dejar de lado por la presencia de tantas adenopatías, la posibilidad de un proceso linfoproliferativo.

Discusión Abierta: 
Alejandra Bártoli (Oncología): Quisiera hacer sólo algunos comentarios sobre lo mencionado. Se dijo que la paciente había tenido un cistoadenocarcinoma de ovario estadio I hace 18 años.
¿Puede ser esto un carcinoma metastásico de ovario ahora?:

En contra tiene ese lapso de 18 años y las vías de diseminación; sabemos que las adenopatías retroperitoneales y abdominales son comunes en la neoplasia de ovario, pero con un gran compromiso peritoneal, siendo raro que esto último no este presente. 
¿Por qué hizo quimioterapia si fue un estadio I ?

Es la pregunta que me hago como especialista; para buscar una respuesta puedo suponer que tuvo un accidente intraoperatorio, el tumor puede haber sido un estadio I pero si intraoperatoriamente se rompió, podría explicar por qué un estadio I recibió tratamiento con quimioterapia.

Si recibió tratamiento hace 18 años, seguramente se trató con un agente alquilante, porque el esquema de tratamiento en esos momentos era ciclofosfamida y cisplatino. La ciclofosfamida es un alquilante y es uno de los agentes que más predisponen a segundas neoplasias, que aparecen generalmente luego de los 5 años.
La otra posibilidad es el linfoma que es una de las segundas neoplasias más comunes.  Las neoplasias de mama, junto con los melanomas son uno de los pocos tumores que metastatizan en el tracto digestivo; en ocasiones una neoplasia oculta de mama provoca una metástasis en la pared del estómago o del intestino, especialmente los que son de histología lobular. Aunque es raro que el primario no sea evidente, ya que generalmente esto se observa en estadios localmente avanzados.
Con respecto a la adenopatía supraclavicular, en caso de haber sido un tumor de mama, es raro que se afecten las regiones supraclaviculares sin provocar previamente un compromiso axilar groseramente evidente.
Juan Carlos Pendino (Clínica Médica): Indudablemente esta paciente tuvo una neoplasia. Los argumentos a favor de una u otra neoplasia ya fueron explicados. Si tuviera que elegir me quedaría con dos diagnósticos: el cáncer gástrico con linitis plástica y linfangitis carcinomatosa; y los linfomas.
Entre estos dos diagnósticos, hay un elemento semiológico importante, que es la adenopatía supraclavicular. Ante la pregunta de por qué no se había biopsiado, se explicó que tal vez no la tenía o que era de difícil acceso. Si suponemos que la adenopatía supraclavicular izquierda realmente existió, entonces, es altamente probable la existencia de una neoplasia del tubo digestivo como un cáncer gástrico. En ocasiones, tanto la fibroscopia como la biopsia gástrica pueden no evidenciar hallazgos compatibles con una neoplasia gástrica, a pesar de estar presente, especialmente en las de localización submucosa.
En síntesis, si tuvo la adenopatía supraclavicular mi primer diagnóstico es un cáncer gástrico del tipo linitis plástica.
Oscar Dip (Oncología): Hay tres puntos que me interesa destacar. Primero desde el punto de vista médico, linfangitis carcinomatosa no significa “no tratamiento”, aún en pacientes en terapia intensiva.  Segundo, en enfermos con adenopatías sin diagnóstico y la posibilidad de un linfoma, el estudio de médula ósea es de gran utilidad, a la vez que es un procedimiento simple. Tercero, desde el punto de vista clínico, lo que me llama la atención para un linfoma es la ausencia de ganglios axilares o inguinales y de esplenomegalia. En linfomas no Hodgkin de bajo grado lo común es ver ganglios en varios territorios.
Concluyendo, creo que debería ser una neoplasia del tubo digestivo.
Alberto Zozaya (Cardiología): Sólo quisiera referirme a la causa de muerte. Esta paciente fallece por un cuadro de insuficiencia respiratoria progresiva en el contexto de una enfermedad maligna diseminada.
Una causa que generalmente precipita el desenlace en estos pacientes es el tromboembolismo pulmonar recurrente. La presencia de malignidad condiciona un estado de hipercoagulabilidad. Tampoco desestimaría la presencia de insuficiencia cardíaca derecha secundaria a hipertensión pulmonar, teniendo en cuenta la presencia de edemas en esta paciente. Por último, una pregunta que deseo hacer a los oncólogos es sobre la indicación de anticoagulación profiláctica en pacientes con enfermedad maligna avanzada.
Oscar Dip (Oncología):  Existen numerosos estudios acerca de anticoagulación y neoplasias.
En esta paciente de setenta y siete años, en estado de reposo e inmovilización, con disnea importante y cardiopatía, se impone la anticoagulación. Generalmente, intentamos la anticoagulación en todos los pacientes con neoplasias diseminadas, salvo que tengan contraindicaciones. Inclusive, hay trabajos recientes que han reavivado el enfoque de utilizar anticoagulación simultáneamente con la quimioterapia; parecería ser que la microcirculación mejora y el agente podría llegar mejor a los sitios de acción.
Roberto Parodi (Clínica Médica): Durante la internación de la paciente se realizaron debates prolongados junto al Servicio de Cirugía General acerca de cómo acceder a la biopsia de las adenopatías intraabdominales, si a través de laparotomía convencional o por videolaparoscopia; lo que me indica que la adenopatía supraclavicular no habría sido de jerarquía, ya que de lo contrario esa discusión no hubiera tenido sentido.
El otro punto que quiero comentar es acerca del estadio I del cáncer de ovario. La cirugía ginecológica se realizó con diagnóstico preoperatorio de mioma uterino y no se programó como una cirugía de cáncer de ovario, la cual requiere para su correcta estadificación del estudio citológico del lavado peritoneal, inspección y biopsias múltiples de la cavidad peritoneal y de la superficie diafragmática del peritoneo, omentectomía completa, exploración y biopsia de ganglios retroperitoneales pélvicos y paraaórticos; supongo que no se realizaron estos procedimientos por lo que dudo del diagnóstico de estadio I por falta de una correcta estadificación; y a pesar del intervalo de 18 años le daría crédito al diagnóstico de recidiva metastásica del cistoadenocarcinoma de ovario.
Oscar Dip (Oncología): La médula ósea es un reservorio de células neoplásicas; en un porcentaje de cánceres que se consideran curados, ya sea de mama, pulmón o linfoma si uno hace el estudio de la médula ósea, persisten células neoplásicas. Actualmente, para considerar potencialmente curado, por ejemplo a un paciente con carcinoma de células pequeñas, se debe contar con un estudio de médula ósea negativo para células malignas, lo que abona la importancia que tiene este examen.
Alcides Greca Clínica Médica):  Para cerrar sólo querría enfatizar algunos pocos conceptos.
El término “adenopatía” significa ganglio patológico, es decir, ganglio enfermo; “adenomegalia” en cambio quiere decir simplemente ganglio grande. Habitualmente, las adenomegalias son adenopatías pero no siempre. Entonces, esto no es sólo una disquisición semántica: si en la historia clínica uno habla de adenopatía supraclavicular, se debe asumir que la enferma tenía un ganglio patológico en la fosa supraclavicular izquierda. Si quien realiza el examen físico piensa que no es patológico y  que en realidad puede tratarse de un ganglio normal en un cuello delgado que no tiene significación, no debe asentar en la historia clínica “adenopatía”. Esto es importante, ya que este término condiciona el razonamiento diagnóstico. En consecuencia, si tenemos que respetar la letra de la historia clínica, debemos asumir que la paciente tenía una adenopatía supraclavicular y en tal caso esa adenopatía debió haberse biopsiado; no resulta suficiente la citología, porque la citología para el diagnóstico de neoplasias puede resultar falaz.
Con respecto a todo lo que se dijo acerca de los posibles tumores primarios de esta paciente, no hay demasiado para agregar. La mamografía debería haber sido hecha, puesto que los tumores no palpables de mama, más allá de las consideraciones realizadas por la Dra. Bártoli en relación con que uno hubiese esperado compromiso axilar previo al hallazgo de adenopatías supraclaviculares y en otras localizaciones, es verdad; pero las neoplasias de mama puede tener diseminaciones no habituales. Entonces, me parece que en una mujer con estas características con linfangitis carcinomatosa, la mamografía es un estudio que evidentemente faltó.
El Dr. Chorzepa puntualizó muy bien el rol del Helicobacter pylori en relación con cáncer gástrico y con linfoma gástrico, por lo que hubiera sido de interés contar con datos acerca de si esa gastritis fue Helicobacter pylori positiva o no. En caso de que hubiera sido positiva esto hubiera estado a favor de ambos diagnósticos, y en el caso específico de linfoma gástrico asociado a Helicobacter pylori, se lo relaciona especialmente con el tipo MALT, es decir, el linfoma de tejido linfoide asociado a la mucosa gástrica.
Con respecto a la causa de muerte, sin duda en todo paciente que tiene un compromiso pulmonar y una neoplasia avanzada, más allá de la progresión de la enfermedad neoplásica pulmonar que puede haber provocado insuficiencia respiratoria, no sería nada raro que en la necropsia encontráramos embolismo pulmonar, puesto que esto es un elemento que coadyuva a la última etapa y a la muerte de muchos pacientes con estas características como lo puntualizó el Dr. Zozaya.

Diagnóstico Anatomopatológico
Dra. Marcela Catalano
 
En el examen necrópsico se encuentra que ambos pulmones presentan adherencias pleuropericárdicas y pleuroparietales, y exhiben en su superficie externa múltiples lesiones nodulares de aproximadamente 1,5 cm de diámetro, son granulares y de color blanco. Abiertos los bronquios se observa la mucosa congestiva y rezuma un líquido espumoso de ambos bronquios principales.

El estudio histológico reveló los siguientes hallazgos:

Observamos el parénquima pulmonar invadido por un adenocarcinoma semidiferenciado donde las células neoplásicas se disponen formando nidos sólidos y estructuras glandulares. Además, estas células neoplásicas siguen el trayecto de los vasos sanguíneos. Las células atípicas son de núcleos hipertróficos, hipercromáticos, de escaso a moderado desarrollo citoplasmático y con la presencia de calcificaciones.La neoplasia presenta permeación linfática y múltiples proyecciones papilares. El resto del parénquima pulmonar presenta edema agudo de pulmón y focos de bronconeumonía.

Se observa un ganglio paratraqueal invadido masivamente por el adenocarcinoma, y se ve nuevamente la disposición papilar y calcificaciones.

Además, se observa compromiso metastásico hepático del adenocarcinoma.

A nivel esofágico también se encuentra metástasis en la adventicia.

El estudio macroscópico del páncreas demuestra que está aumentado de tamaño, pesa 170g y se constatan dos adenopatías peripancreáticas y retropancreáticas a nivel de la cabeza del páncreas, con invasión masiva del adenocarcinoma.

Compromiso metastásico focal de las glándulas suprarrenales.

El estudio macroscópico de la glándula tiroides demuestra un aumento de tamaño, pesa 60g, presenta una superficie externa granular, de color marrón-rojizo y al corte se ven nódulos bien limitados repletos de coloide, el mayor de 3,5 cm de diámetro. A nivel histológico la glándula tiroides posee disposición multinodular, con la presencia de nódulos constituidos por folículos repletos de coloide. La glándula tiroides no presenta ninguna lesión papilar neoplásica.

El corazón muestra dilatación de cavidades izquierdas y estenosis aórtica.

En el riñón izquierdo se observa un quiste urinífero de gran tamaño de 15 x 8 x 5 cm, de contenido seroso.
Otros hallazgos: derrame pleural bilateral, congestión de vasos de la submucosa gástrica y del intestino delgado, atrofia cerebral
DIAGNÓSTICOS PATOLÓGICOS FINALES:
  • Metástasis múltiples de un cistoadenocarcinoma de ovario en pulmones, ganglios del hilio pulmonar, esófago, ganglios retropancreáticos, hígado y glándulas suprarrenales
  • Edema pulmonar
  • Bronconeumonía aguda bilateral
  • Ateroesclerosis aórtica leve
  • Quiste renal simple izquierdo
  • Bocio multinodular
Se concluye que la paciente presenta múltiples metástasis de un cistoadenocarcinoma seroso papilífero de ovario, que siembra extensamente el parénquima pulmonar, hay metástasis en los ganglios del hilio pulmonar, en el hígado, esófago, glándulas suprarrenales.

José Valenti (Anatomía Patológica):  El diagnóstico de cistoadenocarcinoma seroso papilífero se basa en la estructura histológica, tiene cilias y un epitelio cúbico. Además, se basa en que no se encontró ningún tumor primitivo en el resto de la autopsia. O sea, adenocarcinomas papilares puede haber en pulmón, en tiroides, en páncreas y en otros sitios que en este momento no se encontraron.

Es probable, que ese cistoadenocarcinoma de ovario aparentemente localizado haya sufrido una efracción focal y haya habido una siembra. Es un tumor bien diferenciado, lo que probablemente puede explicar su evolución muy lenta. Tiene metástasis pulmonares, probablemente por vía hematógena y eso ha hecho la linfangitis intersticial secundariamente, y de allí, probablemente haya metastatizado al resto de los órganos observados.
Si bien llama la atención el largo intervalo que ha presentado, actualmente tenemos en estudio un caso similar de una mujer que ha sido operada hace muchos años de un cistoadenocarcinoma seroso papilífero de ovario y en estos momentos presenta un nódulo umbilical que es una metástasis del mismo.
Alcides Greca: ¿En la necropsia se pudo ver o palpar o encontrar la adenopatía supraclavicular?
José Valenti: No se encontraron adenopatías supraclaviculares.
Alcides Greca: Como siempre, estas discusiones anatomoclínicas son enormemente instructivas y creo que la enseñanza más importante de este caso es que por más que teníamos todo el derecho a pensar que el cáncer de ovario que tuvo la enferma 18 años antes no tenía gran probabilidad de ser la causa ni de la linfangitis carcinomatosa ni de las adenopatías mediastinales y retroperitoneales, una determinación de Ca 125 probablemente hubiera sido muy útil para el diagnóstico. Aunque uno lo piense como muy poco probable hay que plantearse estas posibilidades.

Vale la pena una vez más decir que en el ejercicio anatomoclínico llegar al diagnóstico o no, es lo menos importante. La discusión ha sido excelente y los aportes de todos, muy valiosos.

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